ARQUITECTURA HASTA LOS AÑOS TREINTA
Mientras en Colombia políticamente se luchaba por desligarse del control español y se dudaba entre establecer una monarquía criolla o una república independiente, la arquitectura se limitaba a los cánones de vivienda transplantados desde la península.
Bogotá, al comenzar el siglo conservaba rasgos de la ciudad colonial, existían dificultades en la adquisición de herramientas y elementos que pudieran facilitar los procesos arquitectónicos. Entonces la ciudad contaba con 120.000 habitantes, que tan solo ocupaban doscientas veinte manzanas, el trazado de sus calles era reticulado ortogonalmente a 100 varas castellanas; era una planimetría ordenada y compactada; no había barrios y la ciudad estaba dividida en parroquias. Los obreros eran alfareros, albañiles y maestros que alternaban su trabajo ciudadano con labores de pastoreo y agricultura. Los únicos arquitectos que habían eran traídos para realizar obras gubernamentales y religiosas exclusivamente como el Capitolio y el Bazar Veracruz (diseñado por Mariano Santamaría).
En 1846 se determina la construcción del Capitolio Nacional, aunque no se terminó hasta entrado el siglo XX, fue testigo de los desarrollos de la primera república.
Se escogió el estilo Jónico y se desarrolló dentro de un criterio sólido y fino, los planos fueron realizados por Tomas Reed e intervinieron estos otros arquitectos en su construcción: Lombardi, Francisco Olaya, Pedro Cantini y Antonio Clopatofsky, en su terminación estuvieron Gaston Lelarge y Mariano Santamaria.
Tomas Cipriano de Mosquera, masón y amigo de Manuel Alcizar presidente de Venezuela y también masón, pide referencias sobre arquitectos interesados en trabajar en la Nueva Granada, y es así como llega Tomas Reed y el Ingeniero Agustín Codazi e ilustradores y artistas gráficos que trabajaron con Urdaneta en el Papel Periódico Ilustrado. En esta obra el ejecutor se comportó como ingeniero y arquitecto; solamente se encargaba a profesionales extranjeros la construcción de obras que por su representatividad lo justificaban plenamente.